martes, 11 de noviembre de 2014

CICUTA, LA PLANTA QUE NO PUDO MATAR EL CONOCIMIENTO

La cicuta, Conium maculatum, es una especie botánica de planta con flor herbácea de la familia de las apiáceas y, dentro de ésta, perteneciente al género conium. Se encuentra en toda Europa y América, en ambientes nitrófilos más bien húmedos y frescos, como las orillas de los ríos y zonas sin cultivar. Esta planta puede alcanzar entre los 1,5-2,5 m de altura. Posee tallo hueco y estriado, manchado de color purpúreo en la base y muy ramoso en la parte superior; hojas blandas, fétidas, verdinegras, triangulares y divididas en gajos elípticos, puntiagudos y dentados de hasta 5 dm de largo y 4 dm de ancho. Las flores son pequeñas, de color blanco y surgen en umbelas de unos 10 a 15 cm de diámetro. Semilla pequeña de color negruzco. Su zumo es venenoso y se usa como medicina. Se caracteriza por despedir un desagradable olor a orina. Tiene unos frutos ovalados de color verde pardo y aproximadamente 3 mm de diámetro. La cicuta es semejante al perejil o el hinojo, de los cuales apenas se distingue más que por el color oscuro y el olor desagradable de sus hojas. Quien tome la savia de esta planta esta condenado a la muerte, como le ocurrió a Sócrates quien fue condenado a muerte por no aceptar la ignorancia humana

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